Cuidados y Diagnósticos de Enfermería en el Tumor de Wilms

Cuidados y Diagnósticos de Enfermería en el Tumor de Wilms

Los cuidados postoperatorios son, junto con los preoperatorios y el propio acto quirúrgico, los que condicionan el éxito del proceso quirúrgico. Es poco frecuente que un paciente sometido a cirugía renourologica precise ingreso en la UCIP, excepto en los casos de trasplante renal (cuidados específicos de un paciente postrasplantado) o nefroctomía. Otras cirugías de menos complejidad pueden requerir el ingreso por algún proceso intercurrente o por la enfermedad de base del paciente.

Monitorización hemodinámica y respiratoria

Será previsto vigilar los siguientes parámetros: FC, FR, ECG, SatO2 y PVC (si existe acceso venoso central). Desde el punto de vista hemodinámico, el objetivo es detectar hipoperfusión y shock por pérdidas sanguíneas o hídricas excesivas. Hay que tener en cuenta que el dolor puede producir hipertensión y taquicardia y el frio vasoconstricción, enmascarando así una adecuada valoración. También es preciso vigilar las pérdidas sanguíneas por drenajes quirúrgicos y apósitos.

Se debe asegurar una ventilación y una oxigenación adecuadas. La sedoanalgesia puede deprimir la función respiratoria y el dolor en el abdomen puede impedir los movimientos torácicos normales.

Temperatura

Es frecuente que los pacientes que ingresan procedentes de quirófano estén hipotérmicos y presenten vasoconstricción. Inicialmente será preciso recalentarlos cuidadosamente con una cuna térmica o mantas calientes, incluso, si es preciso, calentando los sueros o transfusiones, y posteriormente mantener un ambiente térmico estable, con temperatura ambiental en torno a 24ºC. Si es necesario, por las condiciones del paciente (bajo peso, coma, etc.) se usará una fuente adicional de calor.

Balance de líquidos

Tan importante es el adecuado aporte de líquidos como la correcta valoración de pérdidas y su reposición. En cirugía urológica es habitual que se tenga que recurrir a la sobrecarga de volumen (una vez medida las necesidades basales) para favorecer la diuresis e impedir la obstrucción del flujo urinario por coágulos. También se suelen realizar lavados vesicales continuos, que obligan a una vigilancia muy estrecha para impedir el globo vesical. Si la cirugía se llevó a cabo para descomprimir una vía urinaria obstruida, en la mayoría de los casos se presenta una poliuria tras la desobstrucción, con pérdida de electrolitos aumentada, por lo que se han de realizar controles periódicos de iones en sangre y orina.

Sedación y analgesia 

En los niños es muy importante la adecuada sedación y evitar el dolor postoperatorio, no solo por razones humanitarias, sino también por sus efectos beneficiosos, dado que atenúa la respuesta al estrés, mejora el consumo de oxígeno, el gasto cardiaco, etc. Para el adecuado control del dolor es imprescindible la evaluación periódica y sistemática de la efectividad del tratamiento analgésico, utilizando para ello escalas del dolor apropiadas a la situación del paciente, así como a su edad y nivel del desarrollo.

En el paciente pediátrico que se despierta de una cirugía, generalmente molesto y dolorido, sin saber lo que sucede, es igualmente importante la sedación para favorecer su adaptación al respirador, si fuese preciso, o simplemente una mejor colaboración y optimización de sus cuidados. La sedoanalgésia no solamente incluye el uso de medicación, sino también medidas no farmacológicas como la presencia de sus padres, estimular el contacto visual y verbal, mostrar tranquilidad y serenidad, permitir algún objeto familiar (juguete), preservar el ciclo sueño- vigilia y procurar la máxima comodidad (temperatura, movilizaciones cuidadosas, sujeción lo menos molesta posible, etc.).

Profilaxis antibiótica

La más efectiva es la que se administra por vía IV antes de la inducción anestésica o al comienzo de la intervención. En ocasiones se podrá prescribir su continuación durante las primeras horas o días tras el acto quirúrgico.

Las curas y la vigilancia de la herida se deben llevar a cabo según un acuerdo conjunto entre el equipo quirúrgico y el personal de enfermería. 

Nutrición

La nutrición enteral se ha de iniciar de la manera más precoz posible, si se objetiva una función intestinal conservada (como suele suceder en este tipo de cirugías), con alimentos blandos o líquidos del gusto del niño y apropiados a su edad. En las primeras horas pueden aparecer vómitos postquirúrgicos que precisen medicación para su control.

Diagnósticos de enfermería

En el curso del tratamiento pueden identificarse diferentes diagnósticos en el paciente:

  • (00002) Desequilibrio nutricional por defecto relacionado con incapacidad para ingerir alimentos.
  • (00007) Alteración potencial de la temperatura corporal relacionada con alteración de la tasa metabólica.
  • (00006) Hipotermia (menor) relacionada con defensas primarias inadecuadas.
  • (00013) Diarrea relacionada con defensas primarias inadecuadas.
  • (00024) Alteración de la perfusión hística (renal) relacionada con fallo orgánico.
  • (00026) Exceso de volumen de líquido relacionado con compromiso de mecanismos reguladores.
  • (00032) Patrón respiratorio ineficaz relacionado con disminución de la energía.
  • (00030) Deterioro del intercambio gaseoso relacionado con desequilibrio ventilación-perfusión.
  • (00032) Potencial de respiración relacionado con aumento de la presión intragástica.
  • (00075) Afrontamiento familiar inefectivo: incapacitante, relacionado con persona significativa, con sentimientos crónicos no expresados de ansiedad y desesperación.
  • (00075) Afrontamiento familiar inefectivo (comprometido) relacionado con compresión incorrecta de la persona de referencia.
  • (00085) Deterioro de la movilidad física relacionado con disminución de la fuerza-resistencia.

Durante su hospitalización y tratamiento el paciente puede presentar los problemas que a continuación indicamos:

  • Anorexia.
  • Hipertermia.
  • Hipotermia.
  • Pérdida de peso.
  • Insomnio.
  • Familia disfuncional.
  • Vías invasivas.
  • Inmunosupresión.
  • Cianosis.
  • Edemas.
  • Retención de secreciones.
  • Peligro de bronco-aspiración.

Este artículo está basado en la tesina realizada por Alejandra Barroso Ramírez para el Experto Universitario en Nefrología, Diálisis y Trasplante realizado en Formación Alcalá.

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